martes, 7 de agosto de 2007

Restaurante “C”: Innovaciones desde el apetitivo pero si una copia de Carles Abellan



¿Por qué la gente sale a comer? Las razones pueden ser variadas: uno llega con hambre a su casa y no tiene tiempo, ingredientes o simplemente ganas de preparar comida; otro sólo quiere cambiar el ambiente o compartir con los amigos; así también hay quien anhela degustar novedosas preparaciones con el fin de salir de la rutina, conocer y experimentar las últimas tendencias que ofrecen los restaurantes más vanguardistas. Sin duda alguna, el “C”, cuyo nombre tiene su origen en las iniciales del carismático chef Christopher Carpentier, se cuenta entre estos últimos, que siempre dejan algo para comentar. Así sucedió con el menú-degustación de la carta otoño-invierno 2007 de este local, que deja atrás “lo clásico de entrada, plato de fondo y postre” y “declara la guerra a la comida tradicionalmente estructurada o latera”, como lo describe mi estimado colega, el crítico gastronómico Rodolfo Gambetti.

Latas, vasos y bikinisPara comenzar, un aperitivo absolutamente fuera de lo común: espumoso con manzana y jengibre, crema tibia de setas con aceite de trufa blanca y una pequeña lámina de nabo, servida en tazas de espresso con la clásica “pajita” para sorber.
Luego siguió una nueva generación de tapas, llamadas latas, vasos y bikinis, inusual apuesta de este chef de marcada tendencia moderna. Las latas tienen su origen en la Guerra Civil Española, cuando en los bares incorporaban una lata de pimientos o choritos junto al vino o la cerveza. En este caso, se trata de simples latas de conserva recicladas, con su tapa sobrepuesta, que en su interior traen las exquisiteces que me correspondió degustar: camarón thai tibio, levemente dulce con perfume de hierbas y crocante de nori; papa rellena con queso de cabra y jengibre con un pequeño trozo de piña y espuma de jengibre; foie gras con frutas cocinado al vacío y decorado con un cubito de gelatina, entre otras.
El contenido de cada una de estas latas es, en volumen, del orden de una cucharada sopera. Como se trata de preparaciones muy complejas y poco conocidas por nuestros paladares, la idea es que cada comensal pueda disfrutar de diferentes sabores y aromas. El vino acompañante fue el Chardonnay Single Vineyard 2005 de Viña De Martino (Valle de Limarí).
Los vasos corresponden a pequeñas porciones de ensaladas, servidas en vasos propiamente tales. La oferta va desde las tradicionales ensalada César y ensalada Caprese hasta queso de cabra con crutones y vinagre de miel. En cuanto a los bikinis, son diminutos sándwiches de miga marcados a la plancha y disponibles en variadas versiones: espárragos con queso parmesano y aceite de trufas; huevos revueltos con jamón; láminas de pollo adobadas y cilantro frito, entre otros.
Los platos del menú-degustaciónDando paso al menú propiamente tal, la entrada Matisse de mar incluye salmón, atún, corvina, vidriola y camarones preparados con técnica sashimi, con base de leche de tigre, setas y frutos secos… Este y los siguientes platos fueron acompañados con un Carmenère Reserva 2005, Edición Limitada, de Pérez Cruz (Valle del Maipo), con marcado sabor a berries.
El primero de los platos centrales que degusté fue un risotto de champiñones envuelto en finas láminas de pato crudo, espuma de lemon grass y queso parmesano, un muy acertado conjunto que seduce el paladar. El siguiente fue un mero marinado, con arroz negro de sepia y rúcula frita, acompañado de una confitura de champiñones perfumados con balsámico blanco. El último plato fue cordero con dados de camote y confitura de aceitunas que personalmente me gustó mucho por su marcado carácter y contundencia, que contrastó con una salsa liviana y finamente condimentada.
Finalizó el menú con una original versión del arroz con leche, presentado como un trozo de sushi apanado con sésamo negro y acompañado en el mismo plato con una mousse de manjar en cono y una cucharita con helado de jengibre.
Una propuesta en extremo diferente y novedosa a las que estamos acostumbrados, tanto en la presentación como en los sabores, matizado con un servicio delicado de garzones con guante blanco.
Restaurante CAv. Monseñor Escrivá de Balaguer 5970, VitacuraTeléfono: 355 6919

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